viernes, agosto 10, 2007

El Hombre y su Razón


Dice Cristián Warnken, “¿cómo no estremecerse ante la inmensa epopeya del hombre de hacer habitable la Tierra, de transformarla en “mundo”?”. Resulta insultante que un ser tan prescindible como la raza humana, la cual surgió por lo que parece la más extrema de las casualidades se atreva a aventurarse en la comprensión de la eternidad. Creer en la mera posibilidad de no tener límites causa una sensación de pésame y júbilo, un ánimo de entregarse por entero a dicha empresa y por otro lado, el miedo que propone resguardarse en casa.
Qué tan explicable resulta ser la especie humana en un contexto tan amplio como su propia ambición, o bien, qué puede ser menos entendible que su propia existencia. Habrán especulaciones que oscilan desde lo revelado hasta lo existencial, pero podrían esas respuestas señalarnos algo más de lo que ya suponemos. Me parece que convivimos con sensaciones que nos superan, que intentamos ilustrarlas a partir de la literatura, tocando el punto máximo de su propia desnudez: la poesía. Comprender el abismo de nuestra existencia, nos remite a soñarnos magníficos, trascendentales, impugnables y, aunque tuviésemos razón, no sabemos mucho de aquello.
El mal endémico del hombre quizás sea su propia explicación, la falta de un leimotiv corroborable.
Pero a su vez, tomando lo que dice Warnken, no es idealista acaso pensarnos al modo romántico y sensible de un final feliz. Supone tremenda reflexión, supone ya la desproporción entre nuestra propia imperfección y un fin último indómito. Jugársela, en alguna medida, por todo lo ya existente siendo que puede sucumbir de un instante a otro debería ser un miedo permanente, ¿por qué no lo es?
La razón no se encuentra sino en nuestra aventura de hacer la Tierra un “mundo”, tal vez el primero de los hombres que fue capaz de hacer algo por la evolución de si mismo zanjó el camino a cual no hemos podido renunciar; aquel de ambicionar de una u otra forma la explicación de nuestra propia esencia, la explicación de nuestra razón de ser.

5 Comentarios:

Blogger Boina Descalza dijo...

Siempre me he preguntado si es verdad que tenemos un motivo de ser, quiza sno lo tengamos, y estemos haciendo gilipolleses por averiguar y/o inventarnos uno. En todo caso siempre es mejor creer que si existe, asi nace mucho mucho arte y creatividad.

6:30 p. m.  
Blogger AteNea dijo...

Buen tema..

Se supone que el fín último del hombre es ser feliz, y ese es el motor que nos mueve a desarrollarnos y así es como hemos creado un mundo cada vez más perfecto..

Y nos inventamos eternidad y vida eterna para suplir nuestros límites.. La razón para existir, podría ser el amor y la continuidad de la especie.

Salu2.

6:48 p. m.  
Blogger MyM dijo...

Bueno, y siempre queda la pregunta: Was heisst der Mensch? O sea qué es/significa el ser humano. Cómo se concibe a sí mismo y lo que hace, cómo trata de dar sentido a lo que hace, etcétera, etcétera. Las mismas preguntas sobre las que podemos decir poco o nada, pero que finalmente son las que entrañan un poco de lo que somos.

No sé si todo intento de filosofía redunde en antropología filosófica, pero sí está claro que algo hay de búsqueda de responder a cómo es (mucho más que qué es) el ser humano, cómo nos vivimos.

Bueno ver que sigues escribiendo.

Saludos

7:42 p. m.  
Blogger Nigger dijo...

Cuando uno crea algo, lo hace con un propósito. Si uno hace un martillo, es para clavar o golpear algo; si es una computaodra, es para facilitarnos las tareas cotidianas, etcétera.

Para poder sabes cual es nuestro propósito en la vida, tendríamos que preguntarle a quien nos creo, para qué lo hizo.

Esto nos deja en dos posibilidades: Si creemos que exite un Dios que nos creó, entonces la respuesta la tiene y habrá que buscarla en el legado que dejó (en el caso cristiano la Biblia).

Ahora, si por el contrario, no creemos en la existencia de algun ser superior que nos creo, entonces la respuesta lógica es que no tenemos propósito en la vida, ya que fuimos creados por el destino, de la manera que uno guste interpretarla.

Ante esta perspectiva solo queda tratar de pasar de la mejor manera el tiempo que vivimos, al parecer, pero yo me cuento entre la primera opción... quizá la explicación radica en un tema de fe, más que de conocimiento científico...

P.D. Qué gusto volverte a leer.

Saludos

7:02 p. m.  
Blogger MyM dijo...

@ Nigger

Ojo, que la existencia de una cosa no implica una teleología. Hay cosas que efectivamente existen y están y sería. Incluso con cosas que son creadas, puede que la 'utilidad' de ese algo o su fundamento es el algo mismo (o sea, uno hace arte por el arte y juega porque juega, sin perjuicio de que se pueda hacer arte por otras cosas, pero en última instancia el arte no necesita justificación).

8:16 p. m.  

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