Dalai Lama en Chile
“Un Bin Lan den, hacen diez Bin Lan Den y diez Bin La den hacen cien más”
Para ilustrarnos de mejor forma las dimensiones de nuestra mente la comparó con una cancha de Golf. Esto porque el hombre debe, como en el deporte, golpe a golpe ir buscando el desentierro de su misterio, pues ahí en gran medida descansa la realización personal de cada uno.
El Dalai Lama nos propone que uno de los momentos más felices de nuestra vida es aquel que hemos pasado con nuestras madres, por el único y simple hecho de que ellas fueron las primeras antes que cualquiera en darnos amor. Por esta misma razón si nos enfrentamos a un vaso de leche –ejemplifica – y a un vaso de sangre, nos sentiríamos más afines con el primero. La explicación es sencilla, nuestro inconsciente traza una conexión de la leche con la figura materna.
Para referirse a la familia la coloca en el núcleo central del desarrollo de una persona, sobretodo siendo niño. De ahí adquirirá la paz y el amor, renegando el desinterés y la violencia. Por tanto, es la falta de afecto humano el problema a la causante que desencadena muchos de los males de nuestra sociedad, tales como la delincuencia y la drogadicción.
Un ejemplo que da es a partir de su propia experiencia. Una vez enfermo estaba entre médicos y enfermeras que lo trataban con una perceptible falta de afecto y atención, lo cual lo hizo sentirse un mero experimento. Pero, en cambio, entre sus pares de estudio se fortalecían y se acompañaban con el fin de brindarse apoyo para superar las materias. Nos señala que estas situaciones probablemente vividas por más de alguno nos acompañarán hasta nuestra vejez, donde al igual que un bebé se necesita de los cuidados y el cariño de terceros. En conclusión durante toda nuestra vida requeriremos del constante apoyo del amor y el afecto para sobrevivir.
Un conflicto – sugiere- debe enfrentarse sin olvidar las características que nos distinguen como ser humano, pues así se logrará avanzar hacia la mejor solución. De lo contrario si olvidamos nuestros rasgos esenciales el conflicto se tornará violento y nos alejaremos más de la posible solución. Es así como las principales religiones humanas nos hablan de la Compasión, condición que nos permite enfrentar la vida comprendiéndonos todos entre la diversidad que representamos. Allí se produce un problema con ciertas personas que piensan las cualidades del amor, perdón, compasión, etc. relacionándolas netamente a las religiones, siendo olvidadas por aquellos individuos. Pero – como ya nos dijo- el amor se liga al ser humano desde su nacimiento hasta la muerte. Y por tanto también hay personas que sin ser creyentes son valiosas por sus actos y valores.
De esta forma el Nóbel de la Paz nos hace reflexionar acerca del sufrimiento, que lo vemos como algo abrumador y que nos hace sentir perdidos. Nos dice lo importante de la compasión se refleja en el momento que vemos a otro sufriendo, porque ahí crece en nosotros una fuerza interna de coraje y atención la cual hace que aun sin saber cuanto podemos aportar, ayudemos. De esta manera tendremos la satisfacción de haber practicado la compasión a favor de otro.
Es claro al referirse que al egocentrismo como algo que carece de realismo. El centrarse en uno mismo provoca que al presentarse un problema, por no ser más amplia nuestra visión no podemos ver más allá, veremos magnificado la dimensión de aquel escollo. A diferencia de cuando se es menos egocéntrico, pues por la misma amplitud desarrollada por nuestra apertura y el deje del propio “yo” no nos afectará tanto.
Explica que cuando tenemos menos miedo, nuestra mente se maneja con calma y tranquilidad, crece sana. Pero si nuestra mente se ve envuelta en estados de estupor o disgusto se tomarán decisiones negativas. De esta forma la Compasión nos brindará paz y serenidad mental, que repercutirá en mejores decisiones y además, en una mejoría de los males físicos. Todavía más, lograremos mejorar la armonía familiar, social e internacional que nos rodea.
Enfatiza entonces que para el mundo actual la forma de mejorar es con la constante práctica de la compasión. Así nuestra mente adquirirá hábitos frente a esto y podremos disfrutar cabalmente de una actitud positiva frente a la realidad. Finalmente destaco que al terminar su exposición, en un acto de noble sencillez nos dice simplemente que si en algo le hemos encontrado la razón, tratemos de ponerlo en práctica, pues eso beneficiará a todos.
Dalai Lama
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El 6 de mayo tuve un ilustre encuentro con uno de los guías espirituales más influyentes del mundo, me refiero nada menos que al Dalai Lama. El mitin tuvo lugar en la recién inaugurada Arena de Santiago donde nos dimos citas alrededor de cinco mil personas, de los cuales una gran porción éramos jóvenes. Tomé apunte de cada frase significativa que pronunció durante la charla “El Poder de la Compasión”, aquí los dejo con lo más importante de esta interesante experiencia.
Para ilustrarnos de mejor forma las dimensiones de nuestra mente la comparó con una cancha de Golf. Esto porque el hombre debe, como en el deporte, golpe a golpe ir buscando el desentierro de su misterio, pues ahí en gran medida descansa la realización personal de cada uno.
El Dalai Lama nos propone que uno de los momentos más felices de nuestra vida es aquel que hemos pasado con nuestras madres, por el único y simple hecho de que ellas fueron las primeras antes que cualquiera en darnos amor. Por esta misma razón si nos enfrentamos a un vaso de leche –ejemplifica – y a un vaso de sangre, nos sentiríamos más afines con el primero. La explicación es sencilla, nuestro inconsciente traza una conexión de la leche con la figura materna.
Para referirse a la familia la coloca en el núcleo central del desarrollo de una persona, sobretodo siendo niño. De ahí adquirirá la paz y el amor, renegando el desinterés y la violencia. Por tanto, es la falta de afecto humano el problema a la causante que desencadena muchos de los males de nuestra sociedad, tales como la delincuencia y la drogadicción.
Un ejemplo que da es a partir de su propia experiencia. Una vez enfermo estaba entre médicos y enfermeras que lo trataban con una perceptible falta de afecto y atención, lo cual lo hizo sentirse un mero experimento. Pero, en cambio, entre sus pares de estudio se fortalecían y se acompañaban con el fin de brindarse apoyo para superar las materias. Nos señala que estas situaciones probablemente vividas por más de alguno nos acompañarán hasta nuestra vejez, donde al igual que un bebé se necesita de los cuidados y el cariño de terceros. En conclusión durante toda nuestra vida requeriremos del constante apoyo del amor y el afecto para sobrevivir.
Un conflicto – sugiere- debe enfrentarse sin olvidar las características que nos distinguen como ser humano, pues así se logrará avanzar hacia la mejor solución. De lo contrario si olvidamos nuestros rasgos esenciales el conflicto se tornará violento y nos alejaremos más de la posible solución. Es así como las principales religiones humanas nos hablan de la Compasión, condición que nos permite enfrentar la vida comprendiéndonos todos entre la diversidad que representamos. Allí se produce un problema con ciertas personas que piensan las cualidades del amor, perdón, compasión, etc. relacionándolas netamente a las religiones, siendo olvidadas por aquellos individuos. Pero – como ya nos dijo- el amor se liga al ser humano desde su nacimiento hasta la muerte. Y por tanto también hay personas que sin ser creyentes son valiosas por sus actos y valores.
De esta forma el Nóbel de la Paz nos hace reflexionar acerca del sufrimiento, que lo vemos como algo abrumador y que nos hace sentir perdidos. Nos dice lo importante de la compasión se refleja en el momento que vemos a otro sufriendo, porque ahí crece en nosotros una fuerza interna de coraje y atención la cual hace que aun sin saber cuanto podemos aportar, ayudemos. De esta manera tendremos la satisfacción de haber practicado la compasión a favor de otro.
Es claro al referirse que al egocentrismo como algo que carece de realismo. El centrarse en uno mismo provoca que al presentarse un problema, por no ser más amplia nuestra visión no podemos ver más allá, veremos magnificado la dimensión de aquel escollo. A diferencia de cuando se es menos egocéntrico, pues por la misma amplitud desarrollada por nuestra apertura y el deje del propio “yo” no nos afectará tanto.
Explica que cuando tenemos menos miedo, nuestra mente se maneja con calma y tranquilidad, crece sana. Pero si nuestra mente se ve envuelta en estados de estupor o disgusto se tomarán decisiones negativas. De esta forma la Compasión nos brindará paz y serenidad mental, que repercutirá en mejores decisiones y además, en una mejoría de los males físicos. Todavía más, lograremos mejorar la armonía familiar, social e internacional que nos rodea.
Enfatiza entonces que para el mundo actual la forma de mejorar es con la constante práctica de la compasión. Así nuestra mente adquirirá hábitos frente a esto y podremos disfrutar cabalmente de una actitud positiva frente a la realidad. Finalmente destaco que al terminar su exposición, en un acto de noble sencillez nos dice simplemente que si en algo le hemos encontrado la razón, tratemos de ponerlo en práctica, pues eso beneficiará a todos.
4 Comentarios:
Bueno, muy bueno, muchas gracias por darte el trabajo de escribir lo que dijo el Dalai Lama!
Sabias y ciertas palabras. Me alegro que hayas podido tener la experiencia de conocer a un hombre tan interesante y espiritual.
Besos
La verdad es que no tenia mucha información acerca del Dalai Lama, pero quede sorprendida, es un hombre muy inteligente por lo que veo.
Gracias por pasar por mi blog, te visitare mas seguido.
saludos
Gracias por pasar a mi blog =)
Muy buen post el que publicaste...
Saludos!
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